Buscar este blog

jueves, 17 de diciembre de 2009

Normas para el perfecto invitado


Mi primer libro de cocina se lo compré a Veguita hace algunos años. Era una vieja edición de 'La casa de Lúculo' -de Julio Camba- y como verán en la foto, parece que alguien la hubiera usado como tabla de picar. Pero lo que importa es lo de adentro y ya verán por qué.
Julio C. (1882-1962) era un periodista genial. Nació en Pontevedra, se embarcó como polizonte hacia Buenos Aires, fue deportado a España por anarquista, escribió en el diario El País, en el Mundo, fue columnista de ABC. Y nadie como él para describirse a sí mismo: "Mi nombre es Camba, y en el fondo yo soy un buen chico. Tengo un chaqué alemán, pero no tengo pedantería ni afectación ningunas (...) necesito que ustedes no me tomen nunca completamente en serio. Ni completamente en serio ni completamente en broma". 
Por estas fechas están haciendo una exposición sobre su obra en la Casa de la Cultura de Vilanova de Arousa, y 'La casa de Lúculo' (1937) debe ser uno de sus obras más emblemáticas. Aquí escribe sobre cocina francesa, vinos, ajos y prejuicios. Prometo varios comentarios al respecto, pero quería empezar por una de mis partes favoritas (que en realidad está al final del libro): 'Normas para el perfecto invitado'. Atención:

******

"Tenga usted siempre un régimen alimenticio, un régimen contra la obesidad, contra la arterioesclerosis o contra cualquier otra cosa, y cuando le den a usted una mala comida, apóyese en el régimen. Es la mejor política".

******

"Cuando, en cambio, le ofrezcan a usted una comida excelente, mande el régimen a paseo. Lo mejor de cualquier régimen es el placer de quebrantarlo".

******

"Si no sabe usted pelar las frutas de un modo elegante, agárrese a la teoría de las vitaminas y renuncie a pelarlas".


Nota: Lucio Licinio Luculo fue un militar considerado como el gourmet de la Roma clásica. Dicen que una vez iba a cenar solo en casa y le sirvieron una cena tan mediocre que casi se come al mayordomo. Este le explicó que, como no había ningún invitado, pensó que no era necesario servir algo tan espectacular. Dicen que el romano respondió: "Entonces, ¿no sabías que Lúculo cenaba con Lúculo?

No hay comentarios:

Publicar un comentario